lunes, 15 de junio de 2009

El Ineficiente Estado

Una de las convicciones que se ha instalado en Chile es que el Estado es ineficiente. En el argot político de la contingencia: un mal administrador.
Cuando se dice esto se hace tácita o explícitamente en comparación a las empresas privadas que, al parecer, por definición son lo contrario. Al menos dos preguntas surgen de inmediato: ¿Es verdad que las empresas privadas son tan eficientes como se dice? y ¿Cuál es el objetivo y sentido de esa supuesta eficiencia?
La primera pregunta se puede tratar desde la lógica: si las empresas privadas fueran tan eficientes no quebrarían. Esto significa que sí existe un volumen nada despreciable de empresas no eficientes (basta con leer los diarios para enterarnos lo que está pasando hoy con las grandes automotrices o con los volúmenes de capital que las AFP's han evaporizado en su "eficiente" gestión de los últimos años).
Ante esta afirmación los defensores del mercado -también desde la lógica- responden que precisamente de eso se trata: que las empresas ineficientes quiebren a fin de que sólo sobrevivan las eficientes. Esto puede ser verdad, pero no elimina el hecho de que todos los días surgen empresas privadas cuya ineficiencia las llevará a la quiebra.
Por lo demás, es evidente que no podemos permitirnos lo mismo con el Estado, porque no se trata de tener dos o tres dentro de una nación para que sobreviva el más eficiente.
La segunda pregunta: ¿Cuál es el objetivo y sentido de tanta eficiencia? Por ejemplo, cuando una empresa tiene centenas de razones sociales para que los trabajadores no formen sindicatos o no generen antigüedad laboral y así no tener que pagar indemnizaciones en caso de despidos. O cuando se precariza el trabajo al punto que ya no se tiene trabajadores propios sino sólo contratistas pagados -como se decía antes- a trato (trabajo hecho, trabajo pagado).
¿Es efectivo que ello contribuye a reducir costos que después se traspasan a los usuarios? ¿Cuáles deben ser los límites de esta búsqueda sin fin de la eficiencia? ¿No llegará el momento en que ésta comience a atentar contra los lazos de solidaridad social? ¿A la construcción de qué tipo de sociedad contribuye?
Pero no es la empresa privada el tema, sino el Estado ineficiente y mal administrador. En este punto aparecen otras sospechas: hablar así del Estado tiene serias consecuencias en la forma de concebirlo y de concebir su relación con la sociedad. Primero, se reducen sus posibles campos de acción al sembrar de antemano la certeza de una futura ineficiencia. Segundo, se le relega al rol de un mero proveedor de recursos (técnicamente llamado rol subsidiario) para que privados realicen la actividad requerida, ya que por definición lo harán mejor.
¿No será posible pensar esto de otra manera y pensar que es posible transformar al Estado en un mejor administrador?
¿No será que con la convicción de que el Estado es ineficiente, nos estamos también convenciendo de que el Estado no debe administrar nada?

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Otro buen aporte publicístico del Dr. Fernández Darraz a la vieja y siempre viva contradicción entre capital y trabajo. Las preguntas que Fernández Darraz plantea en su breve artículo no son por cierto las únicas que se abren frente a tan ominoso tema. Pero sin duda, ellas son un estímulo para seguir preguntando: un saludable ejercicio en un país como el Chile de hoy, mentalmente domesticado por una monocromática casta política, que sólo sabe dar respuestas. Siempre y cuando éstas no afecten ni cuestionen la esencia del actual pensamiento político chileno. Esto es, cambiar todo, pero cuidando que no cambie absolutamente nada.

Saludos

O.

el actor secundario ... dijo...

Hace pocos dias atrás alguien dijo que el tema del "Neoliberalismo", ya no es tal. Esto es lo mejor que le puede pasar al "establishment" justo después que el Estado debió salvaguardar los intereses del capital para apalear la crisis.

Recuerdo mi época de estudiante de sociología, me llamó profundamente la atención como los intelectuales trataban al "Estado" con mayúscula.

Yo prefería alejarme del estado. Disminuirlo al máximo... contra el es la revolución, ya que difícilmente el estado pueda impulsar o ser actor de cambios sociales. Menos si la clase política es la clase empresarial y a veces eclesial.

¿será un buen administrador (de lo )"público" un empresario?

Pensemos en Frei y las aguas de Chile ...
En Piñera y sus millonarias acciones ...
Enriquez-Ominami y sus contratos con TVN ...

Cada revolución ha tenido como desencadenante un problema energético (Industrial, el vapor y el ferrocarril; Sociedad de masas, el petróleo y el automóvil; Sociedad de la información; microprocesadores y la comunicación electrónica mundial)

Creo que frente al estado, el rol de los intelectuales es tratarlo como uno más y ponerlo bajo juicio.

A lo mejor los intelectuales estamos al servicio de la ideología.

PENSEMOS CHILE... quizás valga imaginar que la próxima revolución estará impulsada por la escasez de agua y alimentos…

SALUDOS

Merlinux dijo...

Me parece que mucha gente tiende a confundir el Estado con el Gobierno, creo que sería útil aclarar este punto para hacer la lectura más accesible.

Hay un tema pendiente que está flotando como una nuve negra en nuestro país sobretodo en este año de elecciones y es el de la representatividad.

Alejandra Rivera dijo...

Creo que la palabra clave es la administracion,tanto en lo privado como en lo publico.
Primero es sabido que las empresas privadas que( son muy eficientes) son aquellas que se benefician directamente de los beneficios que ofrece el estado, subsidios a mil que por lo general no se sabe que tanto repercuten en el trabajador, pero si en la empresa ( eficiente)...De la empresas municipales falta un equilibrio entre lo administrativo y la carrera politica del individio para que se traslade a el estado en general.
Ej.un alcalde con cuarto basico sin personal apropiado que respalde sus ideales.
El mismo alcalde sin un inginiero en obras publicas.
El personal la mayoria de las veces esta poco capacitado para los cargos que se les dan , solo por movimiento politico.

el actor secundario ... dijo...

La difernecia entre Estado y Gobierno, sería que el primero goza de legitimidad de usar el poder por sobre el derecho de los ciudadanos, y el segundo (el gobierno) administra éste poder.

El problema surge cuando administrador, empresario y gobierno, se confunden en el Estado, se desdibujan las fronteras de la legitimidad a tal punto que la sociedad se dicotomiza, desaparece como diferencia de lo que es el Estado ...

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