martes, 24 de mayo de 2011

De la ultraizquierda a la ultra riqueza*

* Por Javier Pinedo

La ultraizquierda de los años 60 en Chile tuvo gran importancia política por su presencia en las calles, sindicatos y universidades, y también por los enormes errores cometidos al pensar que en el país se podría llegar con facilidad a una sociedad socialista por la vía armada. O, de acusar a Eduardo Frei Montalva de “fascista”. O, de quitarle el apoyo a Salvador Allende por “reformista”, lo que contribuyó a precipitar el golpe de 1973. Errores.

Sin embargo, si esa ultraizquierda tuvo mucha presencia política, desde el punto de vista de las ideas, prácticamente no existe, y no hay textos o documentos en los que se analice la realidad del país más allá de ciertos lugares comunes y de soluciones ingenuamente utópicas, avaladas por abundantes citas de los clásicos del marxismo.

Estos errores de cálculo llevaron a muchos a la muerte. Jóvenes crédulos y confiados en líderes carismáticos de familias de clase media alta, con buenas palabras y algunas acciones audaces, que los llevaron a la muerte. Otros escaparon, otros prefirieron callar. Uno más pillo, de apellido Marambio, continuó la lucha pero en otros frentes menos románticos y justicieros y más provechosos para el bolsillo propio, llegando a levantar una fortuna más alta de lo normal. Un ex guerrillero, medio matón y poco leído, pero con la astucia del vivo chileno que dice una cosa y hace otra, y que se cree inteligente porque siempre sale ganando. Como por ejemplo, al salir arrancando justo en el momento en que se debe, porque un soldado “vivo” siempre es mejor que uno muerto.

Y así se llega a levantar una gigantesca fortuna a costa de otros más ingenuos que creen que hacer negocios con él, es la mejor manera de construir al socialismo. Pero, esto no tiene importancia si no hubieran muertos entre medio. O, una vez más, desastres políticos, como al usar ese dinero para apoyar al hijo de otro líder ultraizquierdista gracias a quién la centroizquierdas en Chile perdió las elecciones presidenciales el 17 de Enero de 2010.

Lo que no impidió que la noche del 13 de diciembre del 2009, cuando se pasó a la segunda vuelta, MEO y su apoyador Marambio, pasaron la derrota con canapés de caviar, según se informó en la prensa.

Todo un estilo, ir por la vida creando desastres, pero con la cara llena de risa.

Y ahora que Marambio ha sido condenado a 20 años en la Cuba de sus amores, declara muy suelto muy cuerpo que en ese país “no hay Estado de derecho”. Ahora.

Una vez Pinochet declaró que él con el Presidente Allende nunca había tenido “ni un sí ni un no”. Apenas lo bombardeó. Qué nombre ponerle es esta actitud común. ¿Deslealtad? ¿Frescura? ¿Farsa permanente?

Pero, nada de esto tendría la menor importancia si no hubiera muertos entre medio. O la imagen, otra vez, de un chileno vivillo, que se las sabe todas, mientras deja detrás de sí el contagioso perfume de la pestilencia. Total, me da igual, para eso tengo helicóptero, pensará él muy seguro de sí mismo. Y no sólo helicóptero, pensamos nosotros.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Pero hermano querido ¿quién eres? (pregunto con sinceridad para ubicarme respecto de cuestiones como tu edad, formación, papis, etc.). Te mandaste una buena sarta de huevadas aquí, te lo digo hasta con cariño. Quizá lo único que me enoja un poco es ese resentimiento concertacionista que exudan los críticos concertacionistas de MEO. Me Meo y me REMEO en Meo, pero enrostrarle el fracaso del golpista Frei, me parece en verdad un resentimiento tan rasca que Nietzsche se negaría incluso a ubicarlo en esa categoría que reservaba para lo más penquita de lo penquita. Una indagación en marcha me ha permitido juntar bastante evidencia: creo que se equivoca G. Salazar cuando dice que el triunfo de Piñera se debió a que la gallá prefirió el original a la copia. Desde Carlos Cáceres en adelante el modelo económico chileno ha sido copiado del de Ludwig Erhard (el ministro y canciller DC del milagro económico alemán). Así como en el ejército el golpe fue preparado por oficiales DC, el modelo de la dicatdura es el de la DC alemana, profundizado por el SPD. "Mercado ante todo" ( y por favor, no me vayas a hinchar las bolas con lo del "Bienestar para todos", eso es megachorreo posibilitado por las transferencias de riquezas desde las periferias, propulsado todo el diseño por un pequeño plancito Marshall, préstamo ventajosísimo gracias al bajo índice de riesgo implicado en la variable raza.) La concertación (DC-renovación socialista) es el auténtico-genuino original del modelo. La dictadura fue su consultora. Le salió pesada la factura a Frei Montalva, pero así no más es la cosa cuando la CIA te ha puesto en el directorio de 6 bancos, y cuando más encima te desubicas y le vienes con moralinas a los rudos consultores que llamaste con insistencia.
Por otro lado la palabra ultraizquierda es ya ofensiva. Achacarle por ejemplo al MIR el fracaso de Allende es flojera histórica. Seguro pensarás que Altamirano también es Ultra, pero si lees el libro de entrevistas que le hizo otro ultra, Premio Nacional de Historia y ex miembro de la CP del MIR, te darás cuenta que huevón no es cuando analiza la irresponsabilidad histórica de la UP. Otros de estos "ultras" cuyas ideas prácticamente no existen según tu ignoto juicio son los teóricos de la dependencia y militantes del MIR Teothonio Dos Santos, Ruy Mauro Marini, Vania Bambirra, Tomás Amadeo Vasconi y por supuesto André Gunder Frank (por no mencionar a Prebish que, como ellos, termina convencido de ese asuntillo de la transferencia de riquezas que te mencionaba). Y eso que aquí nos vamos por el lado de la pura taquilla universitaria, pues eso que llamas ultra sin ideas también se compuso de grupos más pequeños como los maos, en donde uno de los sin ideas era Segio Grez, los trotskistas con Vitale y Segall, por no meternos con la inteligencia colectiva de los anarcos, y no solo don Clota, sino una multitud de intelectuales curtidos en la acción, sin cuyas luchas resistentes, los futuros concertacionistas no podrían haber repatriado sus gélidas entrañas. Eres injusto y seguramente intelectualillo, al sacar del campo de las ideas a hombres como Bosco Parra (IC), verdadero mentor de la noción de poder popular (hoy Best Seller del compa García Linera en su libro "La potencia plebeya"), a Bautista Van Schowen, un verdadero Rosa Luxemburgo de la provincia y a Miguel Enríquez, que, aunque no lo creas, escribió bastante más que los 4 presis de la concerta.

Y sobre el millonario aquél, Marambio, si no hablaras desde tu torva herida concertacionista, podríamos tratar de complejizar el análisis. Fue agente de un servicio de seguridad (y no precisamente de la CIA como algunos socialistas hoy) al servicio del estado más acosado del mundo descontando el no estado Palestino, allí ocurrieron y ocurren cosas muy oscuras, a pesar de lo cual, la palabra dignidad se pronuncia con nitidez infinitamente superior a la de nuestros hombres de estado.

Con sincero e iluminista interés de haber afectado la parte ignorante de tus juicios, te saluda fraterno,
miguel urrutia

Enrique Fernández Darraz dijo...

Querido Miguel, te debo un comentario desde hace algunas semanas, pero el tiempo ha escaseado por estos lados.
Primero quiero agradecerte. Eres uno de los lectores asiduos de este blog y una de las razones por las cuales quienes escribimos en este blog lo hacemos. Me gustaría, te lo he dicho varias veces con toda siceridad, que pudieras publicar acá. Creo que tu conocimiento y pluma nos refrescaría.
Tu posteo anterior, sobre la búsqueda de Judith de un techo capitalino, me recordó las palabras de Jorge de Burgos, en el nombre de la Rosa. El bibliotecario ciego que negaba que Cristo se hubiera alguna vez reído. Que negaba incluso el derecho del ser humano a reírse, transformándose en el guardián de la seriedad y amargura. Lo que Judith hizo es ayudar a que nos riamos poco de nosotros mismos. Nosotros, que tan graciosos nos creemos, y que tan poco humor tenemos. Menos aún cuando se trata de reirnos de nuestras cotidianeidades.
Como tú bien sabes, querido Miguel, en tres mil caracteres (que es el único requisito para publicar acá) no se puede escribir mucho más que algunas imprecisiones bien hiladas. Por lo mismo, nadie tiene la pretensión de ser exhaustivo, mucho menos de decir alguna verdad. Y por lo mismo, todos nuestros artículos requieren (y hasta cierto punto exigen) precisiones y correcciones. Pero en ningún caso iluminaciones. De ellas hemos tenido bastantes. Todas más o menos religiosas. Y algunas bastante peligrosas.
Queremos preguntas que lleven a otras preguntas, no catedráticos golpes de autoridad. Este es un espacio para amigos que, con ciertas distancias, están todos en la misma trinchera. No hay que equivocar el enemigo. Mucho menos en estos tiempos de precariedad intelectual y política.
Por último, efectivamente Marambio fue el agente que dices. Pero también fue intermediario internacional de productos requeridos en la Isla y vedados por el bloqueo nortemaericano. Y tengo la sensación que en ese trámite más de algún peso llegó a un lugar distinto del hambre y dolor del pueblo revolucionario.
Querido Miguel, de verdad de agradezco que leas el blog y te des el trabajo de responder. Haces que este trabajo (es casi un trabajo publicar semanalmente desde hace dos años), sea gratificante y valioso.
Un abrazo, tu hermano, Enrique.

Anónimo dijo...

Enrique,
Se puso interesante la cosa. Me da la impresión que tratas de mediar en tu blog justo cuando ocurre lo que necesita la ultraizquierda, la izquierda y todo el pensamiento e ideas sueltas actualmente: Debatir, debatir, y debatir. SÍ, debatir entre amigos que creemos que pensamos lo mismo, pero no es así. Después de esto recién será posible plantear ideas renovadas y pensar en nuevas acciones focalizadas en alcanzar hegemonía, que seduzcan a la sociedad y permitan cambios.
Hay una frase que me gusta mucho… y qué la mencionó Yolanda Sultana y es muy bien citada por el grupo de rock nacional electrodomésticos, y después por Aldo Mascareño en un buen artículo publicado en la revista “persona y sociedad” …
¿EL FUTURO DE CHILE DONDE ESTÁ?.
A propósito de la mencionada revista, si uno va a los archivos de otra revista de la CJ “Mensaje”, encuentra muchas ideas que permiten entender mejor el pensamiento de la ultraizquierda en la época. No es una novedad que la clase intelectual está separada de la clase revolucionaria …No son los mismos aquellos que están en la calle, y aquellos que hacen las ideas que impulsan la revolución.
Un abrazo,
FRS

Anónimo dijo...

Si algún valor tiene la breve opinión de Javier Pinedo, es haber provocado un comentario anónimo como el de Miguel Urrutia. Pero difiero de Enrique Fernández cuando le adjudica a este una cierta calidad refrescante, que él considera necesario agradecer. Ciertamente la opinión de Pinedo adolece de superficialidad al reducir el rol histórico de la llamada "ultraizquierda" en Chile a la repetición simplista de un par de lugares comunes, no del todo falsos pero en ningún caso exactos ni profundos. Además es evidente que el interés de Pinedo en sus líneas no es la "ultraizquierda", sino Max Marambio. Confundir la una con el otro, no es viable ni como método de análisis ni mucho menos como tesis. Querer deducir de la sub-biografía de tal personaje una suerte de destino histórico de la "ultraizquierda" es un sinsentido moralista que se autodescalifica por sí solo. El anónimo comentario de Miguel Urrutia por su parte, pone en evidencia una vez más lo que todos sabemos y sufrimos desde siempre. Esto es, en primerísimo lugar la cada vez más precaria producción de pensamiento político en Chile, acompañada de una otra carencia esencial de nuestro homo politicus contemporáneo: su intento por rellenar con agresividad la falta de sentido autocrítico.
Las denostaciones de Miguel Urrutia, envueltas en un lenguaje que pretende desenfado y sólo logra escalofríos, evocan tristemente el matonaje verbal de un Fernando Villegas o la coprolalia argumental de Patricio Melero (según testimonio Pedro Lemebel). Como Pinedo, también Urrutia confunde dos cosas: la figura de Max Marambio con lo que deberia ser una permanente solidaridad con Cuba, más crítica y más necesaria que nunca. Como todo mercenario, independientemente de la polaridad política de sus mandantes, Marambio sólo reconoce la validez de su propia causa. Dignidad es una palabra ajena a su ser. Los que trabajaron para él en sus oficinas europeas lo saben mejor que nadie. No sirvió a la solidaridad con Cuba,sino se sirvió de ella. Un servicio por el que logró amasar una fortuna nada despreciable, y que él ahora considera oportuno invertir en la compra de un sillón presidencial para alguien.
Anónimo-Anónimo.

Anónimo dijo...

Sr. Anónimo-Anónimo,
Efectivamente creo que mis palabras para Pinedo fueron matonas y groseras, y no sé ni como disculparme, sobre todo si -como indica Pinedo- hay muertos de por medio, mismos que traté de reivindicar en su doble calidad de combatientes de la Izquierda Revolucionaria y de productores de complejas prefiguraciones del socialismo mediante nuevos imaginarios instituyentes. Ni se me pasó por el espíritu eso del desenfado, o los discursos refrescantes. Solo puedo excusarme diciendo que en las sociabilidades que más estimo, las groserías que utilicé no son indicativas de agresividad, sino de cercanía (¿mala educación? Sin duda). Pero eso no implica que deje de estimar otras sociabilidades, como las más académicas o pausadas que predominan en este estupendo blog. Es cosa de ubicarme, y el esforzarme en eso, espero valga más que mis sentidas disculpas.
Con esto asumo que es imposible separar el fondo de mis anteriores palabras de su forma. Pero si leal y verdaderamente se trata de poner fraternidad donde antes puse agresión, tampoco puedo condescender livianamente con las ideas de Pineda, ni con las de Anónimo. Debo incluso decir que si cité cierta literatura latinoamericana, no es porque llame a encontrar en ella las respuestas políticas del presente. Era simplemente para informar de la inexactitud profunda de la afirmación de Pinedo sobre la falta de huella intelectual de la Izquierda Revolucionaria chilena. Otra cosa es su derrota práctica, sobre la que estoy convencido se edifica el modelo que no solo ha administrado la Concertación, sino el que ella está dispuesta a defender de cualquier experimento que invierta el orden del poder en detrimento de la corporación política. Entiendo que anónimo no le conceda peso a mi observación sobre el modelo de economía social de mercado reivindicado por la dictadura chilena, mismo modelo antiestatista y neomarginalista que permitió el “milagro alemán”, solo que en condiciones democráticas y de profundo rechazo al totalitarismo (un conocimiento no muy avezado nos muestra que la dictadura chilena tampoco calza con el totalitarismo, por lo menos en la sacralizada acepción arendtiana).
Quizá con la intravapuleada excepción de Bachelet (no de su cancillería impuesta), fue la política exterior de la concertación la que más claramente expuso que su amor por el libremercadismo no es un asunto de puro realismo y de “la medida de lo posible”. Cuando en el último decenio algunas experiencias latinoamericanas han insinuado cierto desplazamiento en las fronteras de lo posible, hemos encontrado a la concertación no solo descomplejizando barbaramente el análisis de esos procesos, sino derechamente celebrando golpes de estado como lo hizo Lagos en el 2002. Por eso es que solo puedo renunciar a mi mala educación, pero no la vehemencia de denunciar que en la concertación late un corazón libremercadista convencido no solo al punto de rechazar cualquier otra opción, sino de torpedearla a la primera oportunidad, como acaba de hacer ayer el diputado Tarud respecto del gobierno boliviano. Ni Marambio, ni Meo me son indiferentes. No tengo la evidencia que al parecer tiene Anónimo, para sostener que los pecados del primero sean diferentes a los de cualquier millonario, pero esto último para mí es ya suficiente. Podría entonces criticarlos, a cada uno o a ambos, pero jamás desde el supuesto daño que le habrían causado a Chile al privarlo de un gobierno más de la Concertación encabezado por Frei Ruiz-Tagle. Atte.,
Miguel u.

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