A raíz de lo sucedido con la asignación de becas chile, surge la siguiente reflexión.
Los hechos pueden ser resumidos en: 1. Chile necesita aumentar su capital humano avanzado, que pueda aportar en llevar la competitividad del país hacia un estado mayor de desarrollo, 2. desde el 2008 y en un perìodo de 10 años, el gobierno en el marco de su estrategia nacional de innovación se pone como meta, que 10 mil profesionales y técnicos chilenos estudien en universidades de categoría mundial, 3. producto de la propuesta postularon más de 5000 profesionales al concurso, se asignaron cerca de 1200 becas (539 para doctorados y 639 para magíster). Hasta aquí todo bien.
A dos semanas de entregados los resultados, se denuncian irregularidades en el proceso, las que obligaron la renuncia del director del servicio público, y los responsables directos. Según informaciones fueron modificados los criterios de ponderación, y elevados los puntajes de corte. Los hechos adquieren mayor gravedad a partir de una declaración de la Ministra de Educación: "la beca la obtuvo gente que no debía ser beneficiada, y no la recibieron otros que sí la merecían". Por otro lado, se ha dicho que la modificación de los criterios fue motivada por los fondos que deben y pueden ser invertidos. Ésta, me parece, sería la única razón de peso, pero sólo en el caso de que las ponderaciones no hayan sido modificadas, ni que las platas sean destinadas a fines eleccionarios, como sabemos que ha sucedido en otras ocasiones (Chile Deportes).
El problema, a mi parecer, merece 3 reflexiones: 1. Nuevamente el gobierno presenta incapacidad de transparencia. Caso emblemático al respecto, fue Chile Deportes. Pero, en este caso, el problema adquiere mayor criticidad por tratarse directamente de un programa destinado a promover la educación, o sea el principal factor de movilidad en las sociedades contemporáneas. 2. De lo anterior se desprende el problema de promover la meritocracia, y evitar que las becas sean otro medio de pago político, como sabemos que son las embajadas y algunas reparticiones del sector público. 3. Por último, está el problema de la competitividad país. Hoy día el mundo ha ingresado a la sociedad del conocimiento, los países, y las organizaciones en general, han tomado conciencia de la necesidad de impulsar el desarrollo de capital humano como factor de productividad. Se trata de poner en la práctica, una visión país.
Frente a los hecho, aquellos que somos ciudadanos (no vincualdos a la elite política), nos queda sólo esperar que los responsables transparenten el proceso. Esto implicaría hacer pública toda la información entregada por los postulantes: ranking con los criterios aplicados, puntajes específicos obtenidos, antecedentes de la trayectoria. Mayor transparencia es un elemento característico de las sociedades avazandas. Una acción de este tipo sería muy provechosa para el actual aparato público, pero mejor aún, permitiría tener un feedback a los postulantes en sus debilidades y fortalezas.
Los hechos pueden ser resumidos en: 1. Chile necesita aumentar su capital humano avanzado, que pueda aportar en llevar la competitividad del país hacia un estado mayor de desarrollo, 2. desde el 2008 y en un perìodo de 10 años, el gobierno en el marco de su estrategia nacional de innovación se pone como meta, que 10 mil profesionales y técnicos chilenos estudien en universidades de categoría mundial, 3. producto de la propuesta postularon más de 5000 profesionales al concurso, se asignaron cerca de 1200 becas (539 para doctorados y 639 para magíster). Hasta aquí todo bien.
A dos semanas de entregados los resultados, se denuncian irregularidades en el proceso, las que obligaron la renuncia del director del servicio público, y los responsables directos. Según informaciones fueron modificados los criterios de ponderación, y elevados los puntajes de corte. Los hechos adquieren mayor gravedad a partir de una declaración de la Ministra de Educación: "la beca la obtuvo gente que no debía ser beneficiada, y no la recibieron otros que sí la merecían". Por otro lado, se ha dicho que la modificación de los criterios fue motivada por los fondos que deben y pueden ser invertidos. Ésta, me parece, sería la única razón de peso, pero sólo en el caso de que las ponderaciones no hayan sido modificadas, ni que las platas sean destinadas a fines eleccionarios, como sabemos que ha sucedido en otras ocasiones (Chile Deportes).
El problema, a mi parecer, merece 3 reflexiones: 1. Nuevamente el gobierno presenta incapacidad de transparencia. Caso emblemático al respecto, fue Chile Deportes. Pero, en este caso, el problema adquiere mayor criticidad por tratarse directamente de un programa destinado a promover la educación, o sea el principal factor de movilidad en las sociedades contemporáneas. 2. De lo anterior se desprende el problema de promover la meritocracia, y evitar que las becas sean otro medio de pago político, como sabemos que son las embajadas y algunas reparticiones del sector público. 3. Por último, está el problema de la competitividad país. Hoy día el mundo ha ingresado a la sociedad del conocimiento, los países, y las organizaciones en general, han tomado conciencia de la necesidad de impulsar el desarrollo de capital humano como factor de productividad. Se trata de poner en la práctica, una visión país.
Frente a los hecho, aquellos que somos ciudadanos (no vincualdos a la elite política), nos queda sólo esperar que los responsables transparenten el proceso. Esto implicaría hacer pública toda la información entregada por los postulantes: ranking con los criterios aplicados, puntajes específicos obtenidos, antecedentes de la trayectoria. Mayor transparencia es un elemento característico de las sociedades avazandas. Una acción de este tipo sería muy provechosa para el actual aparato público, pero mejor aún, permitiría tener un feedback a los postulantes en sus debilidades y fortalezas.
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