lunes, 12 de julio de 2010

Los no ideológicos

Hace unos días atrás, un intendente regional llamó a un amigo para invitarlo a participar en una comisión que creará con vistas a las celebraciones del Bicentenario.
Cuando mi amigo, claramente concertacionista, le expresó algunas dudas, la respuesta de la autoridad fue tajante: "hombre, no seas ideológico".
Con ello le quería decir que no debía tener consideraciones políticas para integrarse a trabajar "por el bien del país", bajo la bandera del nuevo gobierno. Como si diera lo mismo para quien se trabaja.
Es curioso como se ha dado vuelta la historia. Hasta hace unas décadas atrás se habría acusado a la gente de derecha de ser "ideologizada" o estar "alienada", mientras que la izquierda se hubiera arrogado la interpretación verdadera de la realidad. Hoy es exactamente al revés.
Esto plantea una pregunta que no puede ser respondida en este blog, pero que al menos puede ser enunciada: ¿que diferencia hoy al pensamiento de izquierda del de derecha en Chile?
Hay varios puntos que se podrían considerar. Primero, que la derecha cree en el individuo por sobre la sociedad. Es decir, quienes hacen la historia son las personas individualmente y no la sociedad. Ésta no es mucho más que un conjunto de relaciones entre privados. Por lo mismo, tampoco el Estado aparece como algo muy relevante. Éste es más bien un ente que debe entrometerse lo menos posible en las relaciones individuales, ya que los privados siempre resolverán mejor los temas que el aparato público con sus atávicas inclinaciones regulatorias.
En segundo lugar se puede mencionar que la derecha piensa que la competencia, por sobre la colaboración, es el motor de la historia. Esto es lo que la lleva a suponer que si se introduce este mecanismo en todos los ámbitos de la vida social (empresas, hospitales, escuelas, etc.) todo funcionará mejor y de manera más eficiente. Mientras que la colaboración como vehículo de intereses aparece como poco motivador e ineficiente.
Unido a ello se encuentra la idea de que todo ámbito de la vida social puede ser objeto de lucro. Es decir, se puede organizar de manera empresarial y obtener con ello ganancias para los inversionistas, ya se trate de una frutería o de una sala cuna.
Por último se podría señalar que la derecha, al igual que la izquierda, cree en la meritocracia. Es decir, en que los sujetos deben llegar a ocupar espacios sociales por sus propios méritos. Sin embargo, la derecha no considera que las condiciones de inicio para que se dé una competencia meritocrática deben ser igualadas. Es decir, aunque no es lo mismo competir por un lugar en la sociedad siendo pobre que siendo rico, la derecha no piensa que sea necesario igualar las condiciones en que se da esa competencia (que es exactamente lo contrario que piensa cuando se trata de igualar las condiciones de competitividad de las empresas privadas con las estatales: en este caso sí es necesario equipararlas, a fin de que los privados no queden en desventaja).
En las líneas anteriores hay algunas ideas centrales de la ideología de la derecha chilena actual, que la diferencia de la izquierda en la forma como interpreta el presente y quiere construir el futuro.
En definitiva, no es como lo insinúa el señor intendente, que la derecha esté más cerca de la realidad y otras formas de pensamiento más lejos. Es simplemente que ésta ha logrado imponer una interpretación del momento actual y hacerla aparecer como natural, mientras todo lo demás aparece como ideología.

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